Relato Mapuche: EL FANTASMA DE CATRIEL

Relato contado por Celina Nahuelhual, viuda de Salazar a su hija Patricia Lauquen.
Esquel


Cuando era niña mi madre, que era descendiente de Tehuelches, me solía contar de dos tíos que ella tuvo. Uno era un excelente acordeonista y tenía un caballo lleno de chafiado (plata), muchos le tenían miedo porque era muy bueno con el cuchillo. Su hermano era todo lo contrario. Siempre acudía a él para que lo defendiera.

Muchos admiraban los talentos que tenía y otros no. Muchos decían que sus dones se debían a que era salamanquero, que tenía un pacto con el “coludo” (diablo).

Años mas tarde unos maleantes lo invitaron a una fiesta para que toque el acordeón. Lo emborracharon y cuando vieron que estaba indefenso lo mataron.

Su entierro fue junto con su caballo, sus chafiados y su acordeón.
Cada vez que su hermano iba a la cantina los maleantes solían decirle: ¿Adónde está tu hermano? ¿Por qué no le decís que venga a defenderte ahora?

Una noche sin luna lo sacaron afuera de la cantina para matarlo igual que a su hermano y éste desesperado comenzó a gritar- ¡Catriel, adónde estás Catriel!

Todos se reían diciendo- ¡Ya no está más tu hermano para que te defienda!
Pero él seguía gritando- ¡Catriel, por favor es la última vez que te pido que me ayudes!
De repente un tintinear y tropel de caballo enmudeció a todos. Era Catriel que se había aparecido para ayudar a su hermano.

A partir de esa noche nadie más lo molestó. Se dice que todavía se aparece a aquellos que andan en noches sin luna y borrachos por el lugar.

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