Esta reseña histórica, escrita por Francisco Argentino Nahuelpan, y firmada por el cacique actual, don Sergio Nahuelpan, fue enviada al INAI y cuenta la formación de la Comunidad que lleva su mismo nombre.
Su fundador y a la postre gran cacique don Francisco Nahuelpan, era por el año 1882 un destacado y talentoso capitanejo que merced a su destreza y conocimiento de la zona, acompañaba como guía al Perito don Francisco Pascasio Moreno en su recorrido y reconocimiento de estos lugares, comenzaba de esta manera la trayectoria que el destino le marcaría a don Francisco Nahuelpan en su paso por la vida terrenal.
De quienes fueron sus progenitores poco y nada se conoce, sí que era un nativo Argentino integrante de la tribu de Valentín Saihueque, el señor de las manzanas, y que prestó servicios en el Ejército Nacional. El genocidio llamado Campaña del Desierto que tanto daño causo a la población indígena, no fue ajeno a la vida de este gran hombre que templó su carácter en la adversidad de esos tiempos y acrecentó su condición de líder que lo llevó a destacarse en diversas acciones, cualidad que mantuvo intacta durante toda su vida, a fs. 139 del Expte. de la Dirección General de Tierras año 1935, el Dr. R. Madueño quién pese a lo descalificador de su informe no pudo obviar reconocer y citar las aptitudes y capacidad conductiva de nuestro abuelo.
Fines del siglo XIX, estimativamente entre los años 1889-1892 el Cacique Francisco Nahuelpan, cuyo nombre se estima lo tomó de su amigo el Perito Moreno, se establecía al frente de su propia Tribu en el paraje y lugar que actualmente ocupa a 15 Km. de la ciudad de Esquel, provincia del Chubut. Nacía así la Comunidad Aborigen Nahuelpan, que en su momento llego a componerse de más de 300 personas, entre varones, mujeres y niños de origen Mapuche, Tehuelche y Araucanos que convivían y respondían a las directivas de su único y natural Cacique Francisco Nahuelpan. Esta hegemonía se ha mantenido desde esa época a la fecha, en la que no ha habido ni hubo cacique que no fuese descendiente directo de Nahuelpan.
Año 1902 en la Escuela Nº 18 “del Corinto”, como se conoce a este sitio en la Colonia 16 de Octubre, se definió el litigio territorial de Argentina y Chile por la posesión de una gran franja de tierra en esta zona patagónica, la Tribu Nahuelpan y pobladores galeses del lugar reafirmaron los derechos Argentinos en lo que hoy es el Departamento Futaleufú.
Esta demostración de argentinidad fue tenida en cuenta por el arbitro británico Coronel Sir Thomas Holdich, siendo el argumento de mayor peso que influyó en su decisión final favorable a nuestro país. Diversos historiadores nunca reflejaron con exactitud la actuación que le cupo a nuestro abuelo y su gente en este gran acontecimiento, el decreto 5047 del 3 de Julio de 1908 firmado por el presidente Figueroa Alcorta reconoció el gesto del cacique Nahuelpan y dispuso para la tribu del mismo una superficie de 19.088 hectáreas ampliada en 1922 con 2500 más, lo que hacia unas 9 leguas de campo aproximadamente. Se producía así el primer reconocimiento a nivel nacional del cacique Francisco Nahuelpan y su tribu.
Casado en primeras nupcias con Mercedes Inacayal hija del renombrado cacique araucano de esta zona, posteriormente con Josefa Canas, fueron ocho sus descendientes: Avelino, Isabel, Avelina, Julia, Catalina, Rosa, Simón y Francisco.
Falleció el 17 de Julio de 1918 a los 71 años de edad, sus restos descansan en el cementerio de la legua 4 en Boquete Nahuelpan, su desaparición física produjo desmembramiento en la comunidad, que no obstante se mantuvo como tal, fueron sus sucesores Martín, Avelino y Simón Nahuelpan; hermano e hijos respectivamente.
Llegamos así al Decreto del 5 de Mayo de 1937 promulgado por un gobierno de facto que declaró caduca la Reserva Nahuelpan incentivado por las campañas de desprestigio iniciadas años antes por conocidos terratenientes de esa época como los hermanos Amaya, principales ideólogos de la misma, facilitados por las conexiones y amistad que mantenían con las altas esferas del Gobierno Nacional, Ministerio de Guerra, de Agricultura y la Dirección General de Tierras, más la complicidad de medios escritos y otros factores como el pésimo informe del Dr. Madueño.
Resultaron lapidarios para la suerte de la tribu Nahuelpan que fue condenada a sufrir el más terrible y arbitrario desalojo que marcaría para siempre la existencia de sus integrantes: es que fueron echados a la calle, a un destino incierto, obligados a emigrar hacia distintos rumbos perdiendo todos sus bienes, otros la vida; hoy a 68 años de esa tamaña injusticia aún se sigue esperando una reivindicación histórica del Gobierno, deuda que mantiene con esta Comunidad. Esta triste paradoja del destino que sufrió la tribu de Francisco Nahuelpan con todas sus gravísimas consecuencias marcaba el segundo reconocimiento Nacional y Regional de la misma.
Este desalojo conducido operativamente por el Comisionado de la Dirección General de Tierras Miguel A. Mas de Ayala, secundado por el auxiliar 4to Juan Baroni y el ayudante Efraín E. Brulandi, de la Oficina de Tierras de Esquel, contó con el apoyo armado del Ejército y la Policía del Territorio.
En forma inmediata el 11 de Febrero de 1938, la Dirección General de Tierras arrienda los lotes que componían la reserva Nahuelpan a las siguientes personas: Lote 1 a Manuel Lostra, Lote 2 a Ricardo A. Rioboo, Lote 3 a Nicanor Amaya, Lote 4 a Lorenzo Amaya, Lote 5 a Gualberta Amaya, Lote 6 a Benito Aleman, Lote 7 a Vicente San Román, Lote 8 a Guillermo Juan Roberts y Lote 9 a quien era el escribano en ese entonces, Pedro Memphis Paggi, en tanto que los descendientes de NAHUELPAN sumidos en el más cruel desamparo deambulaban por los barrios periféricos de Esquel llevando a cuesta su penosa situación; el hoy populoso barrio Ceferino de esta ciudad se nutrió en sus comienzos por varias de estas familias.
El 15 de Noviembre de 1943 mediante Decreto13806 dictado en el Expediente 79806/35, el gobierno intenta reparar parcialmente el error cometido con la tribu de Francisco Nahuelpan y ordena la restitución de los lotes 2, 3 y 6 a los descendientes directos del mismo, decía el entonces comisionado especial Aux. 1ro Cándido Víctor del Prado en su informe del 10 de Julio de 1947 al Director De Protección al Aborigen Dr. Ángel Saturnino Taboada, “habiendo comprobado el estado de completa indigencia de los aborígenes, urge la necesidad de hacerles entrega de los Lotes citados a la mayor brevedad posible, habiéndose practicado una división de la tierra de la cual resultaron 8 unidades de explotación para ser entregado a los ocho hijos, 34 nietos y 44 bisnietos del cacique Francisco Nahuelpan, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde el desalojo once años y la fecha en que fue ordenada la devolución de las mismas, 15 de noviembre de 1943, amerita la ejecución de las medidas necesarias para la pronta ubicación ya que toda demora sería injustificable. Indistintamente era el tercer reconocimiento de la tribu Nahuelpan.
El diario “El Esquel”, reflejaba en sus titulares de tapa del día 21 de abril de 1948, “En acto público fueron entregadas tierras a los Nahuelpan”, este acto se realizó en la ex Escuela Nº 20, hoy 76 de esta ciudad, y contó con la presencia del Jefe y 2do Jefe del Regimiento, el Gerente del Banco Nación, el Cónsul de Chile, directivos escolares, vecinos destacados de la ciudad, Himno Nacional y discursos alusivos; en nombre de los que sufrieron el brutal atropello del año 1937 habló don Francisco Nahuelpan (hijo), palabras que el diario no recogió en su portada. ¿Causa? Muy fácil de deducir: era un indio el que se expresaba, se perdía así 1er discurso pronunciado por Francisco Nahuelpan (2do) a once años del nefasto desalojo. Se llegaba de ésta forma al cuarto reconocimiento de la tribu Nahuelpan y se reconocía como cacique al frente de la misma a Francisco Nahuelpan hijo.
La familia grande de Nahuelpan reducida a los ocho descendientes directos de Francisco 1ro, volvía al lugar al que nunca renunciaron con nuevos bríos, dispuestos a enfrentar esta nueva etapa, su primera acción agradecer a “Futa Chao”, Dios o Padre Grande, y pedir la protección de sus ancestros mediante la tradicional ceremonia religiosa (rogativa mapuche, Camaruco), que la comunidad realiza cada tres años, los 20 de Marzo. Si bien la alegría del regreso, también estaba latente el temor del pasado, que nuevamente pareció revivir cuando en año 1955 el Dr. Lorenzo Amaya pide la restitución de los lotes 2 y 4, a la vez que proponía también el desalojo del lote 3, cuando ya esta situación era irreversible, fue dejado sin efecto el mismo a raíz de las presentaciones y viajes a Buenos Aires que debió hacer el cacique Francisco Nahuelpan II y otros familiares que lo acompañaron y, haber tenido el invalorable apoyo de los funcionarios nacionales en la Provincia del Chubut que hicieron notar lo grave y erróneo de esta medida, corría el año 1957 y la tribu Nahuelpan podía respirar aliviada, había pasado el fantasma de un nuevo desalojo.
Sin embargo la tenencia de la tierra seguía siendo precaria, por lo que Francisco 2do y Mariano Antieco (sobrino), que le acompañaba en sus viajes, y la Comunidad, en la parte económica, reclamaron ante la autoridad respectiva la titularidad de las mismas, lo que finalmente se logró, pero ya Francisco 2do., hijo de Francisco 1ro y de Josefa Canas, nacido el 3 de octubre de 1904, había fallecido el 21 de Abril de 1974 a los 69 años de edad. Sus restos descansan en el cementerio de Nahuelpan. También su hermano Simón era fallecido.
Mariano Antieco Nahuelpan, hijo de Andrés y de Isabel Nahuelpan, nieto de Francisco 1ro. ocupó el cargo de cacique de la Comunidad; dos años más tarde en 1976, las ocho familias descendientes de Francisco 1ro, recibían en acto público el ansiado título de propiedad de sus tierras, merced a la acertada decisión política del entonces gobernador de la provincia del Chubut Dr. Benito Fernández. Por quinta vez a nivel gobierno la tribu Nahuelpan era oficialmente reconocida como tal.
Después de Mariano y ante el fallecimiento de éste, ocupó el cacicazgo su hermana Teresa Antieco viuda de Quilaqueo, quien debido a su salud deteriorada y avanzada edad, delegó el mando en el actual lonko Sergio Nahuelpan, hijo de Simón y nieto de Francisco 1ro.
Esta Reseña Histórica parcializada en su contexto, es vivencia directa de quienes la componen y llevan el apellido de su fundador, don Francisco Nahuelpan el legendario lonko de origen Tehuelche otrora el señor de esta zona; perpetuando también la memoria y grandeza de nuestro abuelo, se erige imponente y altivo el majestuoso “Cerro Nahuelpan” como un vigía permanente y protector de su gente, calles de Esquel y Trevelin, la Estación del Trochita y arroyos de la zona portan el apellido de este lonko.