Alonso Azócar - Una nueva visión mapuche en el siglo XIX

Un diálogo con el investigador Alonso Azócar

Por Eduardo Cerdás, Para fotomundo.com (desde Chile)
El interés por conjugar el discurso visual, la historia y una zona de gran influencia mapuche, llevó al fotógrafo chileno Alonso Azócar a profundizar en la fotografía indigenista del siglo XIX. Basándose en una recopilación de 114 imágenes reunidas en un período de dos años y pertenecientes al fotógrafo chileno de origen francés, Gustavo Milet, Azócar encontró una singular Colección de retratos mapuche realizados durante el período comprendido entre 1890 y 1917.

Durante la investigación, Alonso Azócar logró ubicar una gran cantidad de retratos de estudio, 55 de los cuales corresponden a mapuches de la zona de Traiguén en el Sur de Chile, que Milet había titulado “Indios Araucanos de Traiguén”.

Según Azócar, dos fueron los motivos que contribuyeron a que Milet fuera desconocido como fotógrafo a pesar de que varias de sus fotografías circularon por más de un siglo: primero “que dichas postales no llevan impreso el nombre del fotógrafo, sino del editor, y segundo, la poca presencia en Chile, hasta el momento, de textos fotográficos como fuente de información para el análisis que realizan disciplinas como la historia, la sociología o la antropología, entre otras”.

Pero lo más interesante fue el descubrimiento de un nuevo discurso, diferente al propuesto en la época y, sobre todo, una nueva forma de ver la fotografía documental: como fuente para el estudio de la historia. Este resulta ser una de las primeras aproximaciones en Chile sobre el tema, aspectos que Fotomundo abordó con el autor.

Los estereotipos Mapuches

¿En definitiva se trata de tomar realmente la fotografía como documento?
Así es. Lo que he tratado de hacer es conocer cuáles son los estereotipos que Gustavo Milet proyecta a través de la fotografía. ¿responden a los estereotipos comunes de ese momento, del discurso de la opinión común, del discurso visual que hablaba de los indios flojos y borrachos, o es otro el estereotipo que se presenta?

Usted habla en su artículo de tres discursos anteriores con respecto al mapuche. ¿como se sitúa el discurso de Milet en este sentido? ¿estamos frente a un nuevo discurso?

Sí, yo creo que es un discurso particular. En un comienzo se hablaba del valiente guerrero; después viene el bárbaro, el sanguinario, porque hay que justificar la necesidad de ocupar la región; y una vez ocupada, aparece el estereotipo del indio flojo, borracho, incapaz de producir. Entonces, las imágenes son de un hombre mal vestido, descalzo, desgreñado, sucio.

¿Cómo constata este último estereotipo?
La fotografía del siglo XIX y principios del XX muestra una imagen en ese sentido.Un ejemplo es la fotografía de O. Heffer, el fotógrafo más importante del país durante muchos años y durante varias décadas del siglo XX. Desfilaron por sus estudios lo más connotado de la sociedad alta de Santiago y de varias ciudades. Era un maestro del retrato. Sin embargo, cuando realiza fotografías de mapuche, utiliza un lenguaje distinto.

En primer lugar, si hablamos de retrato de fines del siglo XIX, no puede ser considerado sin telón de fondo, es inherente, forma parte del retrato. Las fotografías de Heffer sobre mapuches, son todas en exteriores y publicadas como postales y utilizadas para ilustrar diferentes textos a lo largo de la historia.

¿De qué forma concreta está presente este estereotipo?
En la fotografía de Heffer en que aparecen dos viejos, él casi decrépito, hay una intencionalidad. … él aparece con el poncho levantado para mostrar la camisa rota y que se vea parte de la tetilla ¡éso no me vengan a decir a mi que es una instantánea! Nadie muestra una camisa rota voluntariamente y aunque fuera así, Heffer pudo haber cambiado el ángulo o pedirle que se baje la manta… ahí hay una imagen clara de cómo quería hacer ver al mapuche.

El discuso visual de Gustavo Milet
¿Aquí es donde aparece el discurso de Milet?
Así es, es un discurso distinto, que tiene mucho de los mismos elementos de los otros retratos…tenemos el vestuario, las joyas…

¿Cómo define este discurso?
En una palabra yo diría que es un discurso digno, que presenta a un mapuche digno, además, a un mapuche muy cercano a nosotros, miembro de la sociedad mayoritaria, tanto por sus actitudes como por, incluso, los rasgos físicos de algunos de los elegidos.
Yo creo que tiene elementos de aquel discurso primero, del “valiente guerrero”, pero digo algunos elementos porque hay dos retratos de guerreros y en ninguno lo vemos violento, más bien las armas aparecen defensivamente.

Se trata de “buen salvaje” presente en los comienzos de la colonización, en mirarlo como digno de compasión, de cuidado, una mirada más humana. Pero no es tampoco ese… y es una mirada prejuiciada también.

Yo aventuro una hipótesis: la investigación que realicé me demuestra que posterior a la caída del Presidente Balmaceda (1891), Milet tuvo problemas políticos y estuvo escondido cerca de un año. Allí pudo haber hecho dos cosas, una, que haya estado viviendo en alguna comunidad indígena, y otra, que haya realizado un viaje al sur del país, porque en esta búsqueda de información encontré una colección de paisajes tomados por Milet de los distintos pueblos entre Traiguén y Melinca.

¿Pero por qué los fotografiaba Milet?
También hay algo de comercial en su trabajo, él vendía las postales…
La primera respuesta que aparece es que hay un motivo comercial, son postales, es cierto. Pero no es menos cierto que él tuvo la posibilidad de construir los textos de otra manera. Heffer y Valck también hicieron fotografía para postales, pero presentaron a otro mapuche en sus fotografías.
Ahí aparece Milet contradiciendo el discurso oficial de ese entonces.

¿Cómo definiría el aporte de su trabajo…como documental, como rescate patrimonial de un autor específico o como un aporte metodológico?
Yo creo que el aporte será en distintos niveles. En primer lugar, si, creo que hay un aporte metodológico. El común de las personas, somos bastante analfabetos visualmente, pero también los investigadores en distintas áreas no han utilizado a la fotografía como una fuente que permita interpretar discursos y conocer distintas visiones en relación, por ejemplo, al pueblo mapuche o a otros problemas. Conocemos un par de trabajos al respecto pero son mínimos. Ultimamente se ha incorporado mucho la fotografía mapuche, pero la lectura de estos trabajos es a nivel icónico, a nivel descriptivo, no una lectura a nivel más profundo, enfrentando la información que tengo en la imagen.
En segundo lugar, porque pone a la fotografía como una fuente para el estudio de la historia, de las relaciones sociales, interculturales, a partir de la lectura que hago de ese segundo nivel.
También hacemos un aporte al recuperar el trabajo fotográfico sobre los mapuche del siglo pasado, contextualizando en el momento histórico que se estaba viviendo y conocer desde otra perspectiva a esta cultura.

Oreste Plath y Milet
“Entre los mapuche, para la extracción de dientes cariados, el sacamuelas y su cliente se ponían junto a un árbol de mediano grosor. El paciente se arrodillaba al lado del árbol y se asía con las manos al tronco. El dentista se ponía al otro lado y apoyaba sobre el árbol las dos ramas abiertas de unas tenazas de madera, de unos 80 centímetros de largo y terminadas en extremo llano. Cuando estaba fuertemente cogido el diente, el operador hacía palanca con el tronco, mientras el operado se enderezaba y molares, incisivos o caninos saltaban de un solo golpe” (Extraído del libro de Oreste Plath, “Folclor médico chileno”, 1981).

Gustavo Milet en Chile
Gustavo Milet nació en Valparaíso (hasta ahora se suponía que era francés o suizo) y llegó a la ciudad de Lebu en 1886, en donde contrajo matrimonio con Rosa María Ebensperguer. En 1890, la familia se traslada a Traiguén. El matrimonio Milet-Ebensperguer tuvo siete hijos, tres de los cuales fallecieron siendo muy pequeños .

En Traiguén, Milet abrió un estudio fotográfico en el edificio contiguo a la Droguería Alemana de su amigo Reinald Evertz, a quien en 1888 le otorgó un poder general para adquirir el inmueble de calle Saavedra esquina Riveros, en donde la familia Milet vivió desde su llegada y hasta 1917.

Milet además de fotografiar a los miembros importantes de Traiguén, personas de las ciudades cercanas como Angol, Los Sauces y Purén, realizó retratos grupales, al aire libre, de miembros de las colonias y colegios de inmigrantes extranjeros. También documentó actividades culturales y fotografió paisajes urbanos, marinos y campestres. De un viaje al sur quedó el registro fotográfico de su paso por las principales ciudades desde Traiguén a Melinka.

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